20 de agosto de 2013

Mi carta para vos...

Probablemente este no sea mi mejor escrito, quizás no sea el mejor redactado ni el mejor pensado. Quizás no esté dentro de los más leídos ni se vuelva viral como el de Miss Teen, pero sí es el más sincero, el que viene desde adentro de mí ser. El escrito que describe como me siento.

Prometiste ser diferente. Prometiste que eras el indicado y que tus intenciones eran buenas. Prometiste que sabías amar y entregarte. Prometiste que nuestros sueños y nuestras metas se iban a cumplir. Prometimos que cuando viviésemos juntos yo iba a lavar los platos, doblar la ropa y todos esos quehaceres que tanto odias. Prometiste que nunca ibas a hacer nada que me lastimara.

Hoy, te pregunto ¿se te olvidó todo eso? ¿Se te olvidaron las palabras que me dijiste? Todavía me parece que fue ayer que poco después de que yo publicara este estado en Facebook, me escribiste y me dijiste: “¿Puedo cambiar eso?” y yo no entendí, luego me lo explicaste y entonces te dije: “¿querés cambiarlo?” Y sin titubearlo dijiste que sí, sin pensarlo dos veces me aseguraste que estabas dispuesto a hacerme creer nuevamente. Y aún recuerdo perfectamente que una sonrisa invadió mi cara, era el despertar de la esperanza.




Y lo hiciste, lograste devolverme la esperanza en el amor, en los seres humanos y en las relaciones de pareja. Por primera vez después de mucho tiempo me sentía querido, deseado y amado. Pasábamos horas y horas hablando. Las horas no eran suficientes. Nos acostábamos hasta las 2,3 y en ocasiones 4 de la mañana. El desvelo no era nada comparado a la dicha y al placer de hablar con vos.

¿Se te olvidó la emoción que sentíamos el primer día que nos vimos? ¿Se te olvidó el abrazo que nos dimos y el intercambio de miradas? ¿Se te olvidó que te dí una tarjeta con un Conejito dibujado porque ese se convirtió en tu sobrenombre? Mi conejito. Te di indicaciones de abrirla hasta que estuvieras en tu casa, pero no lo cumpliste, la curiosidad te ganó y la abriste y leíste lo que decía. ¿Se te olvidó que cuando llegaste a tu casa me contaste que la tarjeta olía a mí? ¿Se te olvidó que me dijiste que no podías dejar de olerla? ¿Que amabas esos detalles? ¿Que eras feliz de encontrar alguien así? ¿Se te olvidó? ¿Recordás cuando viéndome a los ojos me preguntaste: "¿querés ser mi todo?"?  El silencio se apoderó de mí, pero era de alegría, de emoción, de asombro de que te fijaras en mí. Repetiste tu pregunta, dije que sí y así con un beso en el cine un 30 de Mayo dio inicio este ciclo en mi vida.


El 13 de Mayo, publiqué este estado. Había decidido que en el 2013 dejaba de ser soltero. Que en el 2013 encontraría el amor. Y 17 días después, me encontraba en una sala de cine, sosteniendo tu mano y aceptando ser tu todo. Yendo a tomar un Macuá y contándote mi molestia porque no tenían cerezas. Te pedí un beso y solo te pusiste rojito y dijiste que no. Por razones obvias. Y así, yo el eterno soltero, había encontrado a alguien. Pero no a cualquiera, a alguien especial, que movió mis sentimientos, que me dio lo que necesitaba sin tener que pedirlo. Recibí felicitaciones por parte de mis amig@s y compartían mi alegría.

En mi alegría de estar a tu lado publiqué este estado, hubo un comentario que a los dos nos llamó la atención y hasta nos pareció fuera de lugar: "en uno más se acaba la honeymoon joni". Nos reímos de ese comentario porque sabíamos que éramos más fuertes que eso, porque sabíamos que "íbamos para largo" y que a diferencia de los demás no eramos una pareja volátil y pasajera. Nunca imaginé que realmente se acababa, que pasaste de querer una vida conmigo a querer estar solo y no querer estar conmigo. Paradojas de la vida. 

¿Se te olvidaron las veces que pasamos juntos y que el día no daba abasto? ¿Se te olvidaron los abrazos, las caricias y las miradas que compartíamos? ¿Se te olvidó cuando salimos con un amigo en común y presumíamos de nuestra relación y su fortaleza? ¿Se te olvidó como nos sentíamos de tenernos el uno al otro? Estábamos más que agradecidos con la vida porque nos encontramos, porque el destino nos unió.

¿Que pasó con nuestros planes juntos? ¿Con nuestras metas, con nuestros deseos y con nuestros sueños? ¿Que pasó con esas pláticas interminables de como sería la convivencia diaria? ¿Que pasó con el que eramos el complemento perfecto el uno del otro? ¿Que fue del que escribió esta carta en donde decía que no quería perderme, que se sentía dichoso de tenerme, que era su mayor tesoro, que su vida no era lo mismo si yo no estaba presente? ¿Que fue del que dijo que sentía que me estaba perdiendo y que eso le aterraba? ¿Porque se fue? ¿Porque dejó de ser el quien me escribía, el que contestaba mis llamadas y mensajes? ¿Porque se tuvo que ir si me había dado lo que por mucho tiempo busqué? 

El sábado 16 de agosto fue la última vez que te vi y todo parecía tan normal, tan bien, todo parecía estar funcionando. Si hubiese sabido que ese día era la última vez que nos veíamos te hubiese dicho todo lo que no dije, te hubiese besado como nunca antes... Me hubiese aferrado a tus brazos, hubiese apreciado más el calor que sentía al abrazarte. hubiese pasado más tiempo viéndote, admirándote y sintiéndote cerca... Sintiéndote mío. Te hubiese pedido que susurraras a mi oído una vez más todas las palabras dulces que me hicieron sentir bien, que me hicieron creer nuevamente... Hubiese procurado que nuestra despedida durara más, hubiese procurado abrazarte tan fuerte que en tu corazón se encendiera el amor nuevamente y así no tendrías que haberte ido...

Tus palabras recientes fueron "estas semanas no me he sentido bien, no me he sentido cómodo, estaba seguro de que esto no iba a funcionar" y no puedo evitar preguntarme, ¿desde cuando querías que todo se acabara?, ¿cuántos de tus "te quiero" fueron falsos?, ¿cuántos de tus abrazos estaba vacíos?, ¿cuántos de tus besos no significaron nada?, ¿cuando dejaste de verme con ojos de amor?, ¿cuando dejaste de verme a como yo lo hacía?, ¿que no hice? o ¿que hice de más?, ¿que me faltó decir?, ¿porque no pude conservarte?, ¿porque terminé ahuyentándote?", ¿que nos pasó?, ¿porque nos desconectamos?.

Hoy me levanté y tuve el impulso de mandarte el mensaje de buenos días y recordé que ya no debía hacerlo, que ya no era parte de mis acciones del día. Mientras me arreglaba para ir a trabajar, vi en mi ropero tus lentes de sol, esos de los que nos burlábamos porque siempre que los usabas se ponía nublado o llovía, esos que eran tu sello característico, esos que el 16 de agosto dejaste en la mesa de la sala porque estuvimos viendo tele... Esos que no alcance a devolverte porque todo llegó a su fin, porque pasaste de querer una vida conmigo a querer estar solo...

¿A quién le voy a escribir a las 12:00 pm para preguntar sobre su almuerzo? ¿a quién le voy a escribir para contarle cuando algo me pasó? ¿quién va a estar esperando por mí después de las misas de domingo? ¿quién me va enviar canciones casi todos los días? ¿quién va a abrazarme, hacerme reír y sentirme feliz? ¿Quién?

No me quejo de lo que dejaste aquí... No me quejo de nada porque al fin aprendí lo que es amor, lo que es querer, al fin sentí todo lo que no sabía podría existir. Sin vos no sabría ser fiel, sin vos seguiría ajeno al amor, sin vos no hubiese creído en el destino... No me quejo a pesar de que acabó... Estoy consciente que todo en la vida es un ciclo, que todo tiene un principio y un final, y este ha llegado a su fin... Sos uno de los mejores ciclos que han pasado por mi vida...

Hoy me toca cambiar tu nombre entre mis contactos, ya no vas a ser Conejito ni mi Cuchurumbeto... Ojalá que dejar mis sentimientos atrás fuese tan fácil como cambiar tu nombre en mis contactos...

Siempre tuyo, siempre mío, siempre nuestro... 


1 comentario :

  1. Compañero, no había leído esta carta, pero de verdad entiendo tu sentir, y ps yo ahí saliendo tambien de algo parecido que ya en ocaciones tuve el honor de que leyeras, el tiempo me ayudo a que el dolor sea mas aceptable, ánimos el tiempo todo cura.

    ResponderEliminar