Probablemente este no sea mi
mejor escrito, quizás no sea el mejor redactado ni el mejor pensado. Quizás no
esté dentro de los más leídos ni se vuelva viral como el de Miss Teen, pero sí
es el más sincero, el que viene desde adentro de mí ser. El escrito que
describe como me siento.
Prometiste ser diferente.
Prometiste que eras el indicado y que tus intenciones eran buenas. Prometiste
que sabías amar y entregarte. Prometiste que nuestros sueños y nuestras metas
se iban a cumplir. Prometimos que cuando viviésemos juntos yo iba a lavar los
platos, doblar la ropa y todos esos quehaceres que tanto odias. Prometiste que
nunca ibas a hacer nada que me lastimara.
Hoy, te pregunto
¿se te olvidó todo eso? ¿Se te olvidaron las palabras que me dijiste? Todavía
me parece que fue ayer que poco después de que yo publicara este estado en Facebook,
me escribiste y me dijiste: “¿Puedo cambiar eso?” y yo no entendí, luego me lo
explicaste y entonces te dije: “¿querés cambiarlo?” Y sin titubearlo dijiste
que sí, sin pensarlo dos veces me aseguraste que estabas dispuesto a hacerme
creer nuevamente. Y aún recuerdo perfectamente que una sonrisa invadió mi cara,
era el despertar de la esperanza.